Una buena historia siempre consta de dos partes, ya que por naturaleza el ser humano solo va a relatar una versión de los hechos acomodada a sus conveniencia, por lo que los investigadores deben indagar con precaución para determinar la verdad de lo acontecido.
En este ocasión, el abogado Francisco Quintero, especialista en Seguridad Ciudadana, nos narra la historia de Susana López, una mujer que está buscando recuperar a su única hija, de 7 años, que desde hace años vive en la casa de su padrastro.
Los hechos recientes, comenzaron el pasado 21 de mayo a las nueve de la noche:
«Fui hacia la casa de mi padrastro a buscar a mi hija y no se encontraba allí, mi padrastro me informó que la niña estaba en casa de una amiguita, le dije a mi mamá que la niña tenía 7 años para estar en la calle, y ella me dijo que yo quería tener a la niña sometida. Salí de la casa a buscar a mi hija a la casa de la amiguita, cuando bajó con la niña mi padrastro estaba esperando en la puerta de la casa y le dijo a la niña que entrara para que comiera, la niña le dijo que no tenía hambre que ya había comido y el insistió igual y abrió la puerta para que entrara la niña. Él entró y subió las escaleras, yo me quede sentada abajo con mi bebé de dos años, con la hermana de mi padrastro», declaró Susana
Pasados 5 minutos Susana decidió subir a la casa, donde se queda parada en la puerta.
«La niña estaba llorando porque se quería quedar allí donde su abuela y él le dijo que no llorara que la comida le iba a caer mal. En ese momento el dijo que eso lo llenaba de rabia y me dio un golpe en la cabeza, y yo pegué la mitad de la cara en el filo de la puerta, mi hermano estaba sentado en la cama al ver que mi padrastro me pego se metió a defenderme, mi mama al ver que mi hermano se mete se me va encima también y mi hermano no hallaba a quien quitarme de encima porque los dos me estaban golpeando, tanto así que me empujaron sobre la niña», contó.
En ese momento su padrastro agarró a la niña y salió de la casa con ella.
«Mi mamá no me dejaba salir, cuando logro salir de la casa le pregunto a la hermana de mi padrastro que donde estaba la niña y ella no me daba respuesta, la otra hermana de mi padrastro al escuchar los gritos salió de la casa, y me preguntó qué estaba pasando que la niña estaba en su casa y me la entregó, y yo Salí de la casa y me fui con mis dos hijos para mi casa a llevar a los niños y fue cuando me dirigí para poner la denuncia de lo sucedido», concluyó.
ALGO NO ANDA BIEN
En primera instancia el receptor de la denuncia reporta la violencia física contra la víctima y nota la intención de los abuelos de quedarse con la nieta. Sin embargo, la investigación que se haría posteriormente iba a cambiar por completo el curso de este caso.
Los investigadores del caso descubrieron que la víctima desde hace cinco años es adicta a las drogas, por lo que la custodia de la niña fue otorgada al abuelo de la misma. Igualmente, revelaron que el día del incidente la niña no estaba en la casa de una amiguita jugando o corriendo cierto riesgo, sino que estaba en clases de piano.
Los receptores de la denuncia recomendaron una terapia familiar por el bienestar de la niña y pasar el caso a Fiscalía Superior para que continúe el caso por violencia física, ya que el hecho de que el padrastro tenga la guarda y custodia por un tribunal no le da derecho para agredir a la mamá de su nieta.
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