En nuestro país, numerosos casos de violencia contra la mujer y feminicidios se encuentran a diario. Muchas mujeres se ven afectadas por sus agresores en cualquier lugar: desde sus respectivos hogares hasta el lugar de trabajo. Intranquilidad, nervios y pánico es lo que abunda en miles de chicas. A algunas las invade el miedo y deciden callar sus realidades.
En esta ocasión, el abogado Francisco Quintero, especialista en Seguridad Ciudadana, nos relata una historia alarmante: una fémina es maltratada tanto física como verbalmente por su expareja. Verónica es una joven residenciada en la localidad de Petare, quien posee una lucha constante contra su antiguo novio. Cuando no existe una plena aceptación de la separación pueden llegar las violencias extremas, incluyendo el Femicidio. Esta es una realidad recurrente en nuestras barriadas petareñas.
Verónica Martínez decide alzar la voz llena de terror. El más reciente hecho fue el 11 de abril, a las 8:30 p.m. aproximadamente.
«En la noche llegó mi expareja a mi casa y tuvimos una enorme discusión. No paraba de insultarme (lo más ‘bonito’ que hizo fue mentarme la madre), porque él me encontró en una vía y se dio cuenta que estaba acompañada por un muchacho. Ahí empezaron las escenas de celos». Comentó Verónica, quien no paraba de temblar.
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Los celos cegaron completamente al agresor y desde ese preciso momento comenzó a agredirla sin compasión alguna.
«Me dio como cinco cachetadas y me empujó varias veces. No paraba de insultarme. Yo le decía: ‘déjame en paz, Antonio’ y me respondía que no se iba a salir de la casa, que si él quería entraría cuantas veces quisiera», agregó la víctima.
Verónica y Antonio fueron novios por dos años y medio. Sin embargo, fue una relación que estuvo llena de conflictos, agresiones y manipulación. Antonio la celaba desde el primer momento y quería tener el control total de su vida. No la dejaba tener amigos y le prohibía compartir con su familia.
Maltrato físico y psicológico
Los expertos indicaron que este era un caso de violencia física con ofensas verbales que afecta la parte psicológica de la víctima. Asimismo, se materializa otros tipos penales como la violencia doméstica. El acoso constituye un detonante que, con el ingrediente de los celos, podría tener consecuencias nefastas para la víctima.
A su vez, orientaron a la agredida y le recomendaron un cambio rotundo de ambiente. Le aconsejaron que es necesario que se aleje un tiempo prudencial del sitio donde ocurrieron los hechos; esto con el fin de «enfriar» dicha situación.
Los receptores de la denuncia emitieron el caso a fiscalía. Verónica debe realizarse una evaluación física y psicológica ante SENAMECF y una recopilación de toda la parte probatoria. Por su parte, el agresor tendría una posible pena de 6 a 18 meses de prisión.
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