Hace unos días en Tailandia, un elefante conocido como Plai Bunchuay, fue noticia al destrozar la pared de una casa y robar comida. Un semana después, regresó invadiendo otra vivienda del sector también en busca de alimento.
Natthakan Charoendong escuchó ruido en la madrugada del domingo, proveniente del exterior de su hogar y luego de llegar al porche se sorprendió al ver al paquidermo, que estaba el elefante macho entretenido masticando la comida del gato, luego de disfrutar del refrigerio, el animal abandonó el domicilio, esta vez sin provocar daños materiales, y se dirigió de nuevo al bosque.
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«Reconocí al elefante, lo vimos en las noticias, así que estábamos un poco emocionados y sorprendidos al mismo tiempo (…) Debe de tener hambre y por eso vaga por las aldeas de nuevo. Es un animal inteligente, pero también da miedo», dijo en una entrevista Natthakan.
En Tailandia hay aproximadamente 2.000 elefantes salvajes que en ocasiones ingresan a las zonas residenciales. Expertos locales creen que los hábitos alimenticios de estos ejemplares han cambiado por su contacto con los humanos. «No es porque el elefante tuviera mucha hambre, ya que la comida en la selva se ha mantenido igual (…) Les ha comenzado a gustar los alimentos que come la gente», opina Supanya Chengsutha, oficial de conservación.
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